"EL
PODER DE LA TRANSFIGURACIÓN
Mis hermanos en Cristo,
La
Transfiguración es un acontecimiento de gran alcance que revela
exactamente quién era Jesús a Pedro, Juan y Santiago. Les dio
fuerza y valor en la preparación para la pasión que viene de
Jesús. También les dio una idea de la divinidad de Jesús, sin
dejar ninguna duda en su mente que él era el hijo de Dios. Serían
capaces de mirar hacia atrás en este evento en tiempos de crisis
para cosechar esperanza. Al igual que todos nosotros, los discípulos
en la montaña necesitan validación en su ministerio y en su vida.
La duda puede ser un inhibidor potente y puede tomar mucha fuerza
para superarlo.
Nuestro
viaje a través de la Cuaresma es todavía muy joven. Hay cinco
semanas más hasta que puedan disfrutar de la alegría de la Pascua.
Por ello, nos encontramos con que la transfiguración es la lectura
del Evangelio de este domingo. Todos debemos hacer nuestras propias
luchas en esta temporada y han entrado en un período de examen grave
que puede producir una gran cantidad de culpa y dudas de los
nuestros. Nuestra fe nos exige continuamente juzgar nuestra propia
conducta y hacer los cambios necesarios para vivir una buena vida
cristiana. Durante la Cuaresma nos recuerda que ser cristiano es una
experiencia transformadora. Siempre estamos en un estado de
renovación y renacimiento. Esto es especialmente cierto a medida que
nos preparamos para la alegría de la Pascua. Pero para realmente
celebrar la Resurrección debemos primero experimentar la pasión.
Cada uno de éstos se unen entre sí para siempre.
Con
esto en mente todos somos lugar a esa montaña para presenciar la
transfiguración. Había una razón por la que Pedro, Juan y Santiago
fueron elegidos para presenciar esto y debemos tomar consuelo en el
hecho de que hemos sido elegidos para meditar en ella también. El
evento se menciona en tres de los Evangelios que aumenta su
relevancia. No hay nada en las Sagradas Escrituras se menciona sin
una razón y cuando se repite el énfasis de la importancia no puede
subestimarse. Se nos da una idea de la resurrección y de la
divinidad de Jesús en un momento en que se nos pide para centrarse
en su naturaleza humana y sufrir con él. Se nos recuerda que el
sufrimiento experimentado no será para siempre y pasará en nuestro
viaje por algo mucho más grande y eterno.
Hemos
sido elegidos por Dios y se les ha dado este regalo. Cada uno de
nosotros se les da la oportunidad de ser testigos de la presencia
eterna de Cristo. Tenemos que abrazar esta completamente si queremos
ser transformados por esta relación. Tenemos que comprometernos aún
más a la experiencia cristiana, aceptando las consecuencias de
nuestro discipulado. Estas consecuencias incluyen cumpliendo con las
enseñanzas de Cristo, entregarnos a su voluntad, y dejar que Cristo
moldear nuestras vidas. Lo que recibimos a cambio es una mejor
comprensión de nuestro creador y la verdadera felicidad.
En
este mundo en el que todo el riesgo del peligro de perderse. Tenemos
que estar en contacto con lo físico y lo espiritual. Estos nunca
pueden ser separados. A pesar de que la sociedad fomenta la
separación se debe entender que esta es la obra de Satanás. No se
puede separar la creación de su creador. Si esto sucede, la
verdadera felicidad y comprensión, no se puede lograr. La sociedad
ha estado tratando de hacer esto durante miles de años y nunca ha
tenido éxito. El éxito sólo se puede lograr a través de Nuestro
Señor Jesucristo.
Suyo
en Cristo,
Diácono
Tom