DEACON TOM ANTHONY

Tuesday, January 1, 2013




No me veo en el día de Año Nuevo, el Día de Año Nuevo más. Es un día de Nuestra Señora. La Solemnidad de Santa María Madre de Dios. Por supuesto que siempre ha estado ahí durante mi vida, pero puedo decir que este es el primer año que me parecía a la solemnidad Primero más allá de la celebración del Año Nuevo. Es un año nuevo, sino, más importante aún, miro a nuestra Madre del amor, el apoyo y la intercesión.


Ayer por la noche, mientras conducía a casa desde la prisión y después de la celebración de la Vigilia de Nuestra Madre, me invadió una sensación de su presencia. Yo recitaba el rosario en el coche y rezó. Tenía ganas de ir a mi habitación interior y quería cerrar la puerta. Yo quería estar a solas con ella y su hijo. Todo lo demás era secundario. Reflexioné sobre mi vida, mi vocación, y donde mi salvador me ha estado guiando. Todo está en sus manos. Siempre lo ha sido. Cuando fallo es cuando no se dan cuenta esto y cuando yo no dejé que me guiara.


El sábado pasado fui a confesarme, y fue maravilloso. Una cosa perfecta para hacer lo correcto antes de esta solemnidad. Creo que María me ha tirado más a ella y su Hijo. Hay un renovado interés y comprensión. La necesidad de la Confesión y de la gracia sacramental que ofrece nunca debe ser subestimada. Insto a todos mis hermanos y hermanas de reafirmación vosotros mismos a la edificación del Reino de Dios aquí en la tierra conmigo.


El amor de Cristo está a nuestro alrededor.


Madre María Ruega por nos!


Diácono Tom

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