DEACON TOM ANTHONY

Saturday, December 1, 2012




 
LA TEMPORADA DE ADVIENTO Y PARA QUÉ DEBE DECIR A USTED
Hoy en día, la Iglesia comenzó un nuevo año litúrgico. Con esto, ahora entramos en la temporada de Adviento. El Adviento es un tiempo de preparación y reflexión. Tenemos el desafío de examinarnos a nosotros mismos y preguntarnos si estamos realmente preparados para la venida de nuestro Salvador Jesucristo. Se nos anima a leer las Escrituras y orar en silencio con nosotros mismos.

Hay un gran silencio asociado con la temporada. Un maravilloso silencio. Cierro los ojos e imaginar la oscuridad. Yo estoy fuera. Nieve cubre el suelo y el frío es todo penetrante que me pongo. No hay ningún lugar para ir. Todas las casas a la vista son oscuros y poco acogedor. ¿Cuántas personas se encuentran en esta posición? Solo y perdido en el mundo de hoy deambulan por la vida con una desesperación que es inimaginable. ¿Dónde está su comodidad? ¿Dónde está la alegría? ¿Dónde estaba su Acción de Gracias? El mundo puede ser un lugar muy grande, cruel cuando alguien se encuentra solo.

A lo lejos hay una luz brillante. Es una luz acogedora que viene de lo alto de una colina. De lo que se refiere calor que derrite el alma. Esto atrae a muchos hacia él con su poder amoroso, llamando a los que se esconden en la oscuridad para llegar a ella, a abandonar todas sus preocupaciones mundanas y que se celebrará en un abrazo amoroso. Hay alegría total y absoluta.
Esta es la Iglesia. Esta es nuestra fe. Esto es lo que creemos y profesamos. Para muchos, la Iglesia es la que ayuda a seguir adelante en sus vidas. Para otros, es su familia. Y aún para otros, es su casa.

El tiempo de Adviento ha comenzado. No podemos mirar hacia la Navidad con expectativa y anticipación cuando lo que tenemos ante nosotros es de treinta días a partir de una temporada que ha sido creada sólo para eso: un tiempo para explorar nuestra relación con Cristo y como El nos influye cada día. Es la temporada para prepararnos para Su Segunda Venida eventual cuando Él estará de nuevo con nosotros en toda Su Gloria y Triunfo. Y con esta temporada viene actos de caridad y amor que definen nuestra fe. A través de toda esta preparación y todos estos actos, nuestra relación con nuestro Salvador se transforma. Como en cualquier relación, cuando se trabaja en él, se desarrolla y se pone mejor. Pregúntate a ti mismo: ¿Cómo es mi relación con Cristo? ¿Cómo puedo hacerlo mejor? ¿Qué más puedo hacer por Cristo? "

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