DEACON TOM ANTHONY

Sunday, July 26, 2015






Lectura recomendada: Juan 6: 1-15


En la lectura del Evangelio de hoy leemos acerca de Jesús alimentando a los 5.000 hombres de 5 panes y dos peces. Es a través de Jesús que recibimos todo lo que necesitamos para mantener a nosotros mismos en nuestras vidas. No sólo él nos alimentan espiritualmente pero también se puede proporcionar en el sentido material si sólo confiamos en él; entregarlo todo a él. Tendemos a poner límites a lo que realmente puede hacer a Jesús; es por eso que muchas de las cosas que él no se ve como milagros. Fueron más allá de las leyes de la naturaleza y los límites aceptados de un ser humano. Con lo que sabemos ahora, debemos entender que ninguna de estas cosas están más allá de las capacidades de lo que puede hacer. Así que, si eso es verdad, ¿por qué todavía ponemos límites en él?

Como un niño tiene completa confianza en su madre lo debemos aprender a desarrollar esa misma confianza en Dios. Esta es una parte muy importante de nuestra experiencia de fe. Una rendición completa a Dios debe ser necesaria si queremos ser verdaderamente felices en nuestras vidas. Esto se convierte en una experiencia de aprendizaje. Tenemos una desconfianza natural de otras personas y les gusta tener algún tipo de control cuando se trata de decisiones y la dirección de nuestra vida. Se puede decir que los que luchan para hacer esto sin la influencia de Dios no son verdaderamente felices y están perdiendo algo. Ese algo es el desarrollo de la relación más importante que jamás podrían tener.

Jesús nos dice que no se preocupen por el mañana y entregar todo para él. Él se asegurará de que estamos a salvo y seguro. Esto es totalmente contrario a lo que hemos aprendido la mayor parte de nuestra vida adulta. Nos dijeron que si trabajamos duro somos recompensados. Si trabajamos más duro que podemos conseguir más. Constantemente nos esforzamos por ganar más dinero pensando que va a dar lugar a algún tipo de felicidad última. Al final, es imposible hacerlo porque el dinero y las riquezas terrenales tienen un límite severo: no dura para siempre. Nuestra existencia en esta tierra no dura para siempre. Estamos aquí por un tiempo limitado en el sentido físico y debemos entender que nuestra felicidad está vinculado para siempre con una relación adecuada y fructífera relación con Dios. Él es nuestro Padre y nuestro Creador. No podemos limitarnos a un papel secundario en nuestras vidas y tratar de hacerlo todo nosotros mismos.

Dios nos dará todo. Todo lo que tenemos que hacer es preguntar. Él tiene la capacidad para cuidar de nosotros; para nutrir y proteger a nosotros. Él quiere amarnos más allá de la forma en que hemos experimentado el amor antes. A través de Jesús se nos ha dado la oportunidad de hacernos completa todavía luchamos con tomar el pan y el pescado. No queremos creer que todo lo que tenemos que hacer es pedir y se os dará a nosotros. Nunca pensamos y tal vez todavía no pensamos que es así de simple. Pero es así de simple. Estaremos atendidos. Estaremos encantó. Estaremos protegido, consolados y alimentados. Él nunca nos abandonará. Él nos dio las respuestas. No podemos tener miedo de hacer las preguntas.

Diácono Tom

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